Metodo Histórico

El método histórico o la metodología de la historia es la forma de método científico específico de la historia como ciencia social. Comprende las metodologías, técnicas y las directrices mediante las que los historiadores usan fuentes primarias y otras pruebas históricas en su investigación y luego escriben la historia; es decir, elaboran la historiografía (la producción historiográfica). La cuestión de la naturaleza del método histórico, e incluso, de la propia posibilidad de su existencia como método científico, se discute por la epistemología (teoría de la ciencia, filosofía de la ciencia, metodología de las ciencias sociales) y la filosofía de la historia; y en cierto sentido por la historiología (o teoría de la historia).
Las principales directrices de uso común por los historiadores en su labor son, en primer lugar la heurística (localización y recopilación de las fuentes documentales, que son la materia prima del trabajo del historiador); en segundo lugar la crítica de esas fuentes (distinguiendo dos formas de crítica, que se refieren al trabajo con las fuentes documentales: crítica externa y crítica interna); y en último lugar la síntesis historiográfica (que es el producto final de la historiografía). Terminado ese proceso, queda la publicación, paso ineludible para que la comunidad historiográfica comparta y someta a debate científico y falsación su labor, y se divulgue entre el público para que su conocimiento pueda servir a los fines de la historia.

Hay seis formas principales de preguntar a una fuente documental para juzgarla, es decir, hacer su crítica, la crítica de fuentes:
   1. Datación (localización en el tiempo) ¿Cuándo se produjo la fuente?
   2. Localización en el espacio ¿Dónde se produjo?
   3. Autor ¿Quién la produjo?
   4. Análisis de la procedencia ¿A partir de qué material preexistente se produjo?
   5. Integridad ¿En qué forma original se produjo?
   6. Credibilidad ¿Cuál es el valor probatorio de su contenido?
Las cuatro primeras son conocidas como crítica mayor (crítica histórica o método crítico histórico); la quinta, crítica menor (crítica textual o ecdótica); ambas, la mayor y la menor (las cinco primeras preguntas) se denominan crítica externa. La sexta y última se llama crítica interna.
La función de la crítica externa es esencialmente negativa, en el sentido de que simplemente evita el uso de fuentes falsas; mientras que la función esencialmente positiva corresponde a la crítica interna, cuya misión es proponer cómo utilizar las fuentes autentificadas.

Crítica externa: autenticidad y procedencia
Crítica mayor o Alta crítica

La Crítica mayor (inglés:higher criticism) es también llamada Alta crítica (portugués:Alta crítica), Crítica histórica, Crítica radical (francés:Critique radicale), o Método crítico-histórico o histórico-crítico (alemán:Historisch-kritische Methode).
La determinación de la autoría y la fecha de una fuente suele implicar uno o varios de los siguientes procesos:
     a) análisis del contenido del documento soporte de la fuente,
     b) comparación con el contenido de otras fuentes,
     c) análisis de las propiedades físicas del documento soporte de la fuente.
El análisis de contenido incluye el examen de anacronismos en el lenguaje, las referencias datables, y la coherencia con un entorno cultural. La comparación con otros escritos puede incluir estudios de paleografía, el estudio de estilo de escritura a mano (grafología), el estudio de la estilometría (determinación de la autoría por comparación del estilo literario conocido de uno o varios autores -estilística-), o algo tan simple como la existencia de citas (a veces textuales -intertextualidad-, a veces referencias indirectas) de esa fuente en otra fuente, bien del mismo autor en otra de sus obras, bien de otro autor, sea contemporáneo o de otra época. Las propiedades físicas del documento pueden ser las propiedades del papel, de la tinta (como la consistencia), en su caso del sello, así como los resultados de análisis más complejos (químicos o radiactivos, como la datación por carbono 14).

Crítica menor, Baja crítica o Crítica textual

La crítica menor o baja crítica es más frecuentemente conocida como crítica textual, y se refiere a la determinación precisa un texto en los casos en que los documentos de los que se dispone son copias en lugar del original. Aproximaciones a la crítica textual pueden incluir el eclecticismo, la stemmática, y la cladística. La esencia del ‘’eclecticismo’’ es adoptar como original el documento que explique más fácilmente la derivación de los documentos alternativas. La ‘’stemmática’’ es el intento de construir un ‘’árbol genealógico’’ de los manuscritos existentes para ayudar a determinar su correcta lectura. La cladístics hace uso de los análisis estadísticos con un fin similar.

Crítica interna: la fiabilidad histórica

Considerando la evidencia de que pocos documentos se aceptan como totalmente fiables, Louis Gottschalk establece como regla general: "para cada documento particular el proceso de establecer la credibilidad debe ser realizado por separado, independientemente de la credibilidad general del autor". Un autor que generalmente se considera confiable podrá establecer un fondo de probabilidad para el examen de cada uno de sus textos, pero cada pieza de prueba debe someterse individualmente a crítica.

El testimonio de testigos presenciales,

como puede ser el propio autor de la fuente en cuestión, debe evaluarse mediante comprobaciones como las siguientes (es obvia la similitud con las expresiones relacionadas con los concepto de testigo y de testimonio en un contexto jurídico)